Violación en la comunidad de El Pauji
Por Manuela Gallini
El día lunes 14 de Marzo un
acontecimiento cambió la historia de una comunidad tranquila como la del Pauji,
Karaware-tuy. Un hombre, residente en la comunidad y con antecedentes penales
violó presuntamente una menor de 4 años. Fue la tía junto a la madre las que se
dieron cuenta primero y la llevaron al ambulatorio de la misma comunidad. Aquí
la médico presente recibió la declaración de la niña “me duele aquí” indicando
la vagina y a la pregunta “qué pasó?” contestó “mi tío me apoyó la bolitas
cerca de mi totona”…, “aún olía a semen…”, declaró la doctora. Esta historia de
terror no tardó en difundirse y en denunciarse a la capitanía, única autoridad
presente en la comunidad. El día domingo 20 de Marzo se convocó una reunión
general para discutir del tema y de la toma de posición de la comunidad. A
partir de la creación de la LOPCI, ley de pueblo y comunidades indígenas, en el
interior de las comunidades, los mismos habitantes en conjunto con su autoridad
pueden tomar decisiones sin pasar por encima de los derechos humanos y la
Constitución Bolivariana de Venezuela. Yo personalmente, como miembro
integrante de la comunidad participé a dicha reunión y algo muy importante pasó
ese día en esa ocasión.
La afluencia de participantes fue
una de las mayores en los últimos años, el tema no dejó indiferente a nadie y
la grande presencia de mujeres sugería la grande importancia del tema tratado.
Madres, niñas y adolescentes llenaban el
aula con sus rostros probados por el dolor.
La reunión empezó con la
intervención del capitán pero narrar su discurso no es la razón por la que
estoy escribiendo. Quiero dar espacio a la voz de aquellas mujeres que tuvieron
la fortaleza y la valentía de levantarse frente a la audiencia y compartir sus
experiencias de malos tratos y violaciones. Voces entrecortadas retumbaban en
la churuata, ojos llenos de lágrimas nos trasmitían sus dolores. Una de las
intervenciones más tocante fue la de la mujer del hombre acusado que al mismo
tiempo resulta ser la tía de la niña presuntamente violada. Con paso firme y
seguro contó en su idoma taurepán como descubrió la pequeña en su habitación y
el marido tumbado en la cama y como avisó a la hermana y a la médico. No se
ahorró detalles y la rabia se trasmitía a través de su voz. El marido ya había
sido acusado en diferentes ocasiones de violaciones de menores pero siempre
había conseguido evadir la justicia por falta de denuncias y abundancias de
perdono. Después de tantas veces por fin, coraje, cansancio y rabia
prevalecieron al miedo y a la vergüenza. Triste es saber que esto habría podido
evitarse con una condena anterior pero con orgullo quiero agradecer a la mujer
su acto de coraje y valentía. Gracias a su declaración mucha más historias de
violencias ocultas salieron a la superficie, muchas mujeres se desahogaron y
confesaron sus más íntimos miedos y experiencias. De repente esa aula se había
vuelto lugar de compartir y de confianza entre mujeres, el silencio que
acompañaba aquellas voces rotas era el único sonido cargante. La unión y la fuerza que nos unió es un lazo
inolvidable, de un hecho tan horrible e infame se pudo sacar algo positivo,
ahora queda la justicia. Al término de la reunión se redactó una carta con
firma de todas las presentes mujeres y madres donde se denunciaba el hecho y el
autor. Ahora el camino es largo y necesarias serán las fuerzas de todas estas
mujeres para seguir en la lucha y pedir justicia y sobre todo para encontrar
este hombre y detenerlo por sus acciones. Después de una denuncia de esta
índole la mujer del acusado tendrá que mantener su valentía y seguir en el
proceso sin rendirse ni ceder a sentimientos de compasión u miedo, por esta
razón será necesario mantener la unión femenina encontrada en la asamblea, para
ofrecer apoyo y seguridad cada vez que falte la tierra bajo los pies y sobre
todo para que esto no se repita, para que cambiemos la historia de nuestra
comunidad y para que nosotras nos unamos con un único objetivo: defender
nuestros derechos en tema de genero desde la infancia hasta la viejez.
…Estamos al día 4 de Abril y aún
nada…nada ha cambiado, el presunto violador sigue libre y las mujeres seguimos
en la espera.
Unos días después de la asamblea
la seguridad del pueblo fue a capturar el delincuente y a entregarlo a la
policía como de lógica debería de hacer cualquier buen ciudadano, y en cambio
que pasó? La policía no retuvo el sospechoso porque no tenía como alimentarlo
el fin de semana, esta fue la justificación que nos dieron. Todo esto va en
contra de las leyes y su constitución además de violar los derechos humanos,
pero aquí, en el municipio Gran Sabana parece que los uniformados y encargados
de mantener la paz y la seguridad se hayan olvidado de la justicia.
Al día de hoy no hay muchas
informaciones, todas quedamos a la espera del resultado de ADN para poder
nuevamente entregar el sospechoso a su justicia. Mientras tanto en el pueblo
hay quien intenta olvidar los hechos, quien en cambio intenta justificar lo que
pasó y quien aún no cree que esto haya pasado. Solo las mujeres en un miedoso
silencio siguen hablando y actuando para que se haga justicia. Una cortina de
niebla rodea este caso pero necesario es mantenerlo a la luz para que nadie
olvide.
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