Teukinare:
Soledad y maltrato
Por Manuela Gallini
A pocos kilómetros de la capital del Municipio Gran
Sabana, cruzando unos antiguos morichales,
encontramos Sampai, una comunidad del pueblo pemon caracterizada por su
vegetación, y sus ríos de sabana. Esta comunidad, por su posición geográfica y
sus riquezas naturales podría representar una de las poblaciones más ricas del
municipio, en cambio el espectáculo al llegar no corresponde en absoluto con sus
potencialidades.
Viviendas dejadas al abandono, basura y contaminación en cada
lado se contraponen a la línea del horizonte demarcada por sus preciosos
tepuyes y su extensa sabana. Los habitantes caminan por las calles, cargando
sus cuerpos como si fueran pesantes fardos, sus ojos no observan el horizonte
si no se quedan fijo mirando el polvo levantado por sus mismos pies, mientras
los niños con sus sonrisas inocentes juegan entre las botellas de alcohol
vacías que hacen de marco a toda la comunidad.
Desde hace muchos años, numerosos han sido los proyectos para
suportar esta comunidad abandonada a si misma por sus habitantes. Proyectos de
turismo, piscicultura, proyectos agrícolas y sociales pero ninguno de estos
sueños tuvo un final exitoso. No estoy aquí para juzgar culpas, ni
responsabilidades sino para evidenciar como el problema del alcohol pueda
transformar una entera población y como el uso indiscriminado de cerveza, wiski
y ron pueda borrar el futuro de muchos niños y familias.
Hace pocos días el
caso de una mujer de esta misma comunidad, que aquí llamaré Sara, para mantener su anonimato, me fue
reportado por la sobrina.
Sara, mujer muda de nacimiento, se
acompañó con un hombre que no solo la maltrató durante años, dejándola ciega e inhábil
y la violó físicamente y psicológicamente por innumerables veces si no que
ahora, con una edad mayor, la abandonó sin algún tipo de sustento económico ni
social.
Sara, como su comunidad, representa el vacío y la soledad. Es el símbolo
de una luz apagada, dejada en el aislamiento, privada de su belleza y amor a
causa del odio y la violencia que caracterizan el abuso del alcohol. Demasiadas comunidades, familias, personas se
están destruyendo, olvidándose de mirar al horizonte y descubrir las numerosas
posibilidades que nos ofrece esta tierra.
Saludos Manuela Gallini, de parte de Indigenous Rights International Organization IRICAS.ORG (www.iricas.org) y su oficina representante en Lima, Perú denominado legalmente Organización Internacional de Derechos Indígenas Perú OIDI PERÚ.
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OIDI PERÚ
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