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viernes, 9 de diciembre de 2016

Venezuela admitió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que carece de estudios de impacto ambiental sobre el Arco Minero

Vladimir Aguilar, del GTAI-ULA,  explicó que son especialmente vulnerables los pueblos Hoti o Jodi y el Eñepá porque apenas se encuentran en "en contacto inicial" o aislados. Fotografía: Cortesía.
Por Morelia Morillo
Dos Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y un equipo de académicos venezolanos asistieron a comienzos de diciembre a la audiencia pública del 159avo Periodo de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con la finalidad de exponer las condiciones en las que el gobierno venezolano lleva adelante su mega proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO), al sur del Orinoco.

Según reseña de la agencia EFE, en el encuentro, que se realizó en Ciudad de Panamá, una representación del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), del Laboratorio de Paz y del Grupo de Trabajo de Asuntos Indígenas de la Universidad de los Andes (GTAI-ULA) expuso que a lo largo de  esos 111 mil kilómetros cuadrados habita 30 % de los pueblos originarios venezolanos y, sin embargo, estos no han sido informados ni consultados, como lo exige la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como tampoco se sometió a consideración de la Asamblea Nacional la participación transnacionales en el proyecto.

Vladimir Aguilar, del GTAI-ULA,  explicó que son especialmente vulnerables los pueblos Hoti o Jodi y el Eñepá porque apenas se encuentran en "en contacto inicial" o aislados.

“En los últimos meses, dijo, el gobierno ha realizado reuniones para informar a los pueblos indígenas sobre “los beneficios” que van a recibir con el proyecto del AMO. Una vez más, surge la demarcación como una herramienta de negociación. En reuniones con el Alto Gobierno, algunos líderes han planteado que no habrá discusión sobre el Arco Minero hasta tanto sus territorios hayan sido demarcados y titulados (…) Se ha realizado un proceso de cooptación partidista de algunas organizaciones y comunidades provocando una aculturación, división interna y desviación de la lucha histórica por sus territorios".

A su vez, Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea, describió las violaciones a los derechos de libre asociación y manifestación pacífica generadas por el Decreto que crea el AMO y explicó que el Decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica, vigente desde mayo, facilita las contrataciones respectivas al margen de la Asamblea Nacional.

“El artículo 30, numeral 2, de la Declaración de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, establece que los Estados deben celebrar consultas eficaces con los pueblos indígenas antes de utilizar sus tierras o territorios para actividades militares”, dijo y denunció la criminalización sufrida por quienes han cuestionado el proyecto AMO.

En respuesta, de acuerdo con la nota de Provea, la representación del Estado venezolano, liderada por Larry Devoe, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, describió las motivaciones económicas y sociales del proyecto y aseguró que, en un futuro, cuando estén listos, se difundirán de los estudios de impacto ambiental.

También expresó que la explotación minera sólo se hará en la quinta parte de la zona estimada dentro del AMO y no afectará las áreas protegidas.

Al conocer de estas situaciones, los comisionados de la CIDH rechazaron la criminalización de los defensores de derechos humanos que han advertido las condiciones del AMO y afirmaron que monitorearán el proyecto por ser un tema de interés.

Las ONGs pidieron a la CIDH que trabaje en un Informe País y para que la Relatoría sobre Derechos Indígenas visite Venezuela.

AMO e Ikabarú
El decreto Arco Minero contempla como Área Especial la zona de Ikabarú, correspondiente a la segunda parroquia del municipio Gran Sabana.

Al conocer de la inclusión de Ikabarú, las autoridades indígenas, lideradas por Juan Gabriel González, capitán general del Sector 7 del pueblo indígena pemón es decir de Ikabarú, recordaron que ya cuentan con su titularidad y solicitaron su exclusión de este plan.

En respuesta, los voceros gubernamentales accedieron verbalmente a la exclusión. Este tema fue tratado en el Consejo de Caciques Generales y Comunales del Pueblo Pemón que se celebró en la comunidad de San Antonio del Morichal a comienzos de noviembre pasado. En la resolución, dirigida al Gobierno Nacional, los caciques solicitaron al Estado Mayor Minero "la eliminación del Bloque Especial Ikabarú identificado por el Plan de Desarrollo Estratégico del Arco Minero del Orinoco".

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