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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Santa Elena sufrió los primeros saqueos de su historia

Los saqueos del 17 de diciembre constituyeron el primer evento de este tipo desde de la fundación de la capital del municipio Gran Sabana, territorio ancestral del pueblo indígena pemón, hace poco más de ochenta años. Fotografía: Morelia Morillo.

Por Morelia Morillo

El 17 de diciembre pasado, Santa Elena de Uairén sufrió una jornada de saqueos. Ese sábado, seis negocios fueron arrasados en dos horas y media.

Fue el primer evento de este tipo desde de la fundación de la capital del municipio Gran Sabana, territorio ancestral del pueblo indígena pemón, hace poco más de ochenta años.

En respuesta, la población salió a la calle para defender los locales, las mercancías y a los comerciantes, que en su mayoría son vecinos de vieja data.
Se defendieron con palos, piedras y botellas de un centenar de mujeres y hombres que a su pasó cargó con carne, pescado, pollo, prendas de vestir, accesorios para celulares y ropa interior femenina, dejando en el piso el mobiliario de los establecimientos.

En medio de la revuelta, 87 personas fueron detenidas.

Según el alcalde, Manuel De Jesús Vallés, alrededor de 70% de los detenidos, muchos de ellos, capturados con el producto del saqueo en sus manos, eran ajenos a la población; trascendió, que más de 20 de las mujeres detenidas se dedicaban a la prostitución en las calles de Santa Elena, a donde llegaron desde las principales ciudades del país atraídas por el dinero de los mineros.

Aparte, quienes habitaban en la localidad residían en su mayoría en Caño Amarillo, una invasión que se materializó hace cinco años en terrenos de la comunidad indígena de Sampai.

Los saqueos reavivaron los diagnósticos sobre el deterioro de esta población fronteriza que pasó de ser un sitio tranquilo, moderadamente minero, con un comercio próspero y con clara vocación turística, a ser, en no más de tres años, un pueblo principalmente minero, con un comercio anárquico, codiciado por los invasores, los contrabandistas de gasolina, las prostitutas y de pronto asediado por inseguridad característica de otras regiones venezolanas.

Entre otras razones, Manuel de Jesús Vallés dijo, durante su intervención en la Cámara Municipal, reveló que el 80% de la gasolina que sale de las dos estaciones de servicio de las que dispone esta modesta ciudad se va a las minas, que en su mayoría son ilegales y que encuentran en el contrabando el combustible que necesitan y que hay que limitar la prostitución al único local legal.

Lisa Henrito, una de las principales lideresas del pueblo pemón y de la Comisión de Seguridad Indígena, fundada a mediados de años, recordó que en el diagnóstico que se elaboró a propósito del surgimiento descontrolado de la inseguridad destacan 25 puntos.

Entre esos aspectos sobresale la urgencia de erradicar las invasiones como método para urbanizar los territorio que por tradición pertenecen a los pemón,  de limitar el ingreso de personas con antecedentes a las zonas mineras y de controlar el tráfico de combustible  y de la prostitución.   

Líderes indígenas y no indígenas también coincidieron en  el saneamiento de Caño Amarillo, una barriada en donde se refugian delincuentes solicitados en otros lugares del país.



Exigen a la AN investigar en profundidad las implicaciones financieras del AMO

Cada vez más, el Arco Minero del Orinoco (AMO) suma detractores, incluso entre los más diversos sectores y ç los líderes de diferentes tendencias políticas. A comienzos de diciembre, un grupo de ponentes, políticos, expertos, ecologistas e indígenas se reunieron en la Sala Protocolar de la Asamblea Nacional para exponer sus razones en contra del mega proyecto extrativista. La mayoría exigió al Parlamento que investigue qué hay detrás de las negociaciones con las empresas interesadas, mientras que otros consideran que lo más graves son sus implicaciones ambientales, sanitarias y culturales. Fotograf{ia: Nicol Marcel



Por Morelia Morillo, con datos de Nicol Marcel

Probablemente, ningún tema había logrado la coincidencia de tantos profesionales de diversas áreas y políticos de diferentes tendencias, de líderes indígenas y activistas ambientales como el plan Arco Minero del Orinoco, un proyecto impulsado por el gobierno de Nicolás Maduro para la exploración y explotación en un área de 111 mil km² cuadrados al sur del río Orinoco.

El cinco de diciembre pasado, se reunieron, en la Sala Protocolar de la Asamblea Nacional, ponentes, políticos, expertos, ecologistas e indígenas para exponer sus argumentos contra la puesta en marcha del AMO. El rechazo fue unánime. Aquí algunos de los pronunciamientos.

De entre los vinculados al chavismo, Nicmer Evans, politólogo y líder de Marea Socialista, consideró que la AN debe "generar una investigación seria y dejar al descubierto todas las implicaciones financieras "que tienen mafiosos extrativistas, tanto por sectores del gobierno como por sectores de la oposición" y recordó que, apenas se iniciaron las contrataciones para el AMO, las acciones de la compañía canadiense Gold Reserve duplicaron su valor y la compañía su capital.

El parlamentario opositor Fredy Guevara insistió una vez más en que "ningún acuerdo que no haya sido aprobado por la Asamblea Nacional está vigente".

E igualmente apelando al marco jurídico del AMO, Freddy Gutiérrez, abogado, dijo que se omitieron formalismos jurídicos y los estudios de impacto ambiental obligatorios, se aceleraron procesos de contratación y de procura de maquinarias, se crearon estímulos fiscales y financieros que tan sólo deben contar con el visto bueno presidencial, se restringieron derechos consagrados como el derecho de asociación, de organización gremial y de huelga y se vulneraron el derecho a la información al criminalizar la divulgación de los impactos socio ambientales del AMO.

El activista Santiago Arconada recordó, apelando a los casos del Lago de Maracaibo, Tacarigua y Camatagua, el impacto extrativista sobre los cuerpos de agua y principales de nuestro país. Para él el peligro está a la vista: "Le queremos meter la puñalada al Orinoco con los proyectos de mega minería (…) Convertirlo en una merengada de cianuro y arsénico".

"Sin necesidad de participar de las minas, quienes viven alrededor de las minas de coltán mueren de cáncer", dijo el mayor Cliver Alcalá, quien estuvo al frente de la Región Estratégica para la Defensa Integral (REDI) Guayana. Relató que en algún momento tuvo que volar un puente en Canaima porque no podía con la minería y acerca de la inmensa migración de foráneos, buscadores de oro, hacia los territorios indígenas.

Esteban Emilio Mosonyi, académico, consideró el AMO como un genocidio y un ecocidio. Aseguró que las más perjudicadas serán las comunidades indígenas cuyos territorios ancestrales serán intervenidos si prospera el proyecto AMO. 150 empresas, provenientes de 35 países diferentes, rodeados por la minería ilegal, en zonas que hasta ahora son tierras indígenas.

A pesar de su cercanía con el chavismo, al ex ministra Ana Elisa Osorio llamó a mantener una actitud de "resistencia" frente a la actitud del presidente Maduro con respecto al AMO. Recordó  que el ex presidente Carlos Andrés Pérez fue enjuiciado por lo que a su juicio fue "mucho menos" y pidió a la AN que "tome cartas en el asunto".

Por lo pronto, el diputado Américo de Gracia, representante del estado Bolívar, dijo que se presentará en el Parlamento la Ley Orgánica para la creación y Protección de la Reserva Hidroeléctrica, elaborada por el experto en temas de derecho ambiental, Alexander Luzardo, con la finalidad de blindar jurídicamente la amplia región de Guayana en donde se generan las aguas a partir de las cuales se produce alrededor del 70% de la electricidad del país, así como la derogación del decreto 2248 que crea el AMO.





viernes, 9 de diciembre de 2016

Venezuela admitió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que carece de estudios de impacto ambiental sobre el Arco Minero

Vladimir Aguilar, del GTAI-ULA,  explicó que son especialmente vulnerables los pueblos Hoti o Jodi y el Eñepá porque apenas se encuentran en "en contacto inicial" o aislados. Fotografía: Cortesía.
Por Morelia Morillo
Dos Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y un equipo de académicos venezolanos asistieron a comienzos de diciembre a la audiencia pública del 159avo Periodo de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con la finalidad de exponer las condiciones en las que el gobierno venezolano lleva adelante su mega proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO), al sur del Orinoco.

Según reseña de la agencia EFE, en el encuentro, que se realizó en Ciudad de Panamá, una representación del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), del Laboratorio de Paz y del Grupo de Trabajo de Asuntos Indígenas de la Universidad de los Andes (GTAI-ULA) expuso que a lo largo de  esos 111 mil kilómetros cuadrados habita 30 % de los pueblos originarios venezolanos y, sin embargo, estos no han sido informados ni consultados, como lo exige la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como tampoco se sometió a consideración de la Asamblea Nacional la participación transnacionales en el proyecto.

Vladimir Aguilar, del GTAI-ULA,  explicó que son especialmente vulnerables los pueblos Hoti o Jodi y el Eñepá porque apenas se encuentran en "en contacto inicial" o aislados.

“En los últimos meses, dijo, el gobierno ha realizado reuniones para informar a los pueblos indígenas sobre “los beneficios” que van a recibir con el proyecto del AMO. Una vez más, surge la demarcación como una herramienta de negociación. En reuniones con el Alto Gobierno, algunos líderes han planteado que no habrá discusión sobre el Arco Minero hasta tanto sus territorios hayan sido demarcados y titulados (…) Se ha realizado un proceso de cooptación partidista de algunas organizaciones y comunidades provocando una aculturación, división interna y desviación de la lucha histórica por sus territorios".

A su vez, Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea, describió las violaciones a los derechos de libre asociación y manifestación pacífica generadas por el Decreto que crea el AMO y explicó que el Decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica, vigente desde mayo, facilita las contrataciones respectivas al margen de la Asamblea Nacional.

“El artículo 30, numeral 2, de la Declaración de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, establece que los Estados deben celebrar consultas eficaces con los pueblos indígenas antes de utilizar sus tierras o territorios para actividades militares”, dijo y denunció la criminalización sufrida por quienes han cuestionado el proyecto AMO.

En respuesta, de acuerdo con la nota de Provea, la representación del Estado venezolano, liderada por Larry Devoe, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, describió las motivaciones económicas y sociales del proyecto y aseguró que, en un futuro, cuando estén listos, se difundirán de los estudios de impacto ambiental.

También expresó que la explotación minera sólo se hará en la quinta parte de la zona estimada dentro del AMO y no afectará las áreas protegidas.

Al conocer de estas situaciones, los comisionados de la CIDH rechazaron la criminalización de los defensores de derechos humanos que han advertido las condiciones del AMO y afirmaron que monitorearán el proyecto por ser un tema de interés.

Las ONGs pidieron a la CIDH que trabaje en un Informe País y para que la Relatoría sobre Derechos Indígenas visite Venezuela.

AMO e Ikabarú
El decreto Arco Minero contempla como Área Especial la zona de Ikabarú, correspondiente a la segunda parroquia del municipio Gran Sabana.

Al conocer de la inclusión de Ikabarú, las autoridades indígenas, lideradas por Juan Gabriel González, capitán general del Sector 7 del pueblo indígena pemón es decir de Ikabarú, recordaron que ya cuentan con su titularidad y solicitaron su exclusión de este plan.

En respuesta, los voceros gubernamentales accedieron verbalmente a la exclusión. Este tema fue tratado en el Consejo de Caciques Generales y Comunales del Pueblo Pemón que se celebró en la comunidad de San Antonio del Morichal a comienzos de noviembre pasado. En la resolución, dirigida al Gobierno Nacional, los caciques solicitaron al Estado Mayor Minero "la eliminación del Bloque Especial Ikabarú identificado por el Plan de Desarrollo Estratégico del Arco Minero del Orinoco".

jueves, 1 de diciembre de 2016

Minería, prostitución y tráfico de niños y niñas

La pareja conformada por Santander y Aguilera gestionó un Certificado de Nacimiento en el cual aparecen ellos como madre y padre de la bebé indígena.  Fotografía tomada de Andina.com.ve

En lo que va del último trimestre de 2016, la Defensoría del Niño, Nina y Adolescentes del  Municipio Gran Sabana ya recibió tres denuncias por tráfico. Las víctimas, según una fuente que prefirió no ser identificada, son en su mayoría indígenas pemón y la cifra supera los registros correspondientes a años anteriores.
La Gran Sabana, una región milenaria ubicada al sureste de Venezuela, en la frontera con Brasil, es el territorio ancestral del pueblo indígena pemón.
El más reciente de los casos se produjo a comienzos de octubre pasado. Entonces, la familia de Glenda Castro, de 20 años, madre de tres hijos y habitante de la comunidad de Aguas Negras en la parroquia Ikabarú, denunció que una pareja de desconocidos había presentado a la recién nacida de Glenda, una niña de apenas dos semanas.
Ante la presunción del delito de tráfico de niños en la modalidad de compra, los cuerpos de seguridad activaron un dispositivo de búsqueda, dando con la captura de Dugmary del Carmen Aguilar García, de 31 años de edad, quien había llegado siete meses antes a la zona minera de Ikabarú para trabajar como prostituta y de John Carlos Santander Barrera.
De acuerdo con los testimonios de los familiares de Castro, Glenda le había entregado la bebé a Dugmary con la finalidad de que la cuidara y le brindara una mejor vida, pero manteniendo siempre el contacto con su madre y el resto de la familia.
Sin embargo, Aguilar García salió de Ikabarú simulando haber parido "en el monte" y ya en Santa Elena de Uiarén, la capital municipal,gestionó un Certificado de Nacimiento en el Hospital Rosario Vera Zurita. En el documento, la pareja aparece como padre y madre de la pequeña a quien, vale decir, le cambiaron el nombre que hasta ese momento llevaba.
Tanto Aguilar García, como Santander Barrera y la madre de la niña fueron puestos a la orden de la Fiscalía Décima del Ministerio Público del Segundo Circuito Judicial del estado Bolívar y posteriormente los tres fueron privados de su libertad.
La fuente dijo que le preocupa que estas redes de tráfico penetren en las comunidades indígenas en donde podrían aprovechar el desconocimiento y la necesidad y recordó que este delito apenas es superado por las ganancias que genera el tráfico de drogas y armas.
De acuerdo con los conocedores de este tipo de mafias, se sabe que valiéndose del acceso al dinero, de violentas amenazas, de la fuerza o de la sugestión compran o raptan niños y niñas para después venderlos a unas segundas personas que se encargan de colocarlos en adopción, de prostituirlos, de esclavizarlos, de enfilarlos como soldados en conflictos bélicos e incluso de emplearlos como mendigos o sacrificarlos en prácticas religiosas.