lunes, 25 de enero de 2016



El conocimiento nos mantiene en vida

 

Por Manuela Gallini



Han pasado cuatro meses y en el Municipio Gran Sabana no llueve. Un territorio caracterizado por el clima tropical, donde anteriormente las lluvias no paraban en semanas, donde el verde de los arboles era intenso y vigoroso y los ríos crecían tanto de bloquear carreteras e inundar casas hoy en día se caracteriza por su sequía: ni una gota de agua cae del cielo desde hace ya muchos meses.
El cambio climático nos está afectando. En el entero hemisferio se viven las consecuencias de la radicalización de las temperaturas y de los fenómenos atmosféricos.
…Y nosotros en nuestro pequeño entorno que hacemos para mejorar esto? 
Cada día me levanto y en la mañana me acompaña el fuerte olor a humo, la selva que nos rodea se está quemando cada vez más y con ella nuestro ecosistema empeora y aumenta el calor. En las minas no se para de trabajar y los arenales sustituyen poco a poco la vegetación, mientras los ríos se van secando. Más oro y menos agua.
Hace unos días un incendio, provocado por razones “culturales” (los indígenas queman para abrir camino), destrozó hectáreas de bosque y de vegetación. Casi tres días de fuego que arrastró no solo animales y plantas si no arriesgó la vida y las casas de varias personas. Me pregunto entonces qué cultura es esta? Los ancestros indígenas cuando quemaban lo hacían con su sabiduría, conocían el momento y el lugar donde quemar, conocían el movimiento del viento y donde direccionar las llamas  para que la quema no afectara demasiado la selva ni tampoco arriesgara las vidas de los familiares. Para que esa quema más bien fuera tierra para la siembra o señal para la lluvia.
A menudo el escudo cultural aparece para defender prácticas poco seguras y discutibles según el sentido común. Creo definitivamente que la cultura tiene que ser acompañada por la sabiduría, por el conocimiento y la memoria histórica. Nunca me permitiría de discutir o poner en duda las prácticas ancestrales pero en la actualidad es diferente. La situación, el clima, la forma sedentaria de vivir, las maneras de comer, todo ha cambiado y si los viejos sabios estuviesen en vida sabrían que aconsejarnos para mejorar la nuestra. 
Esta época de sequía espero nos sirva para comprender la importancia vital del agua y de los bosques que la mantienen, utilizar los conocimientos antiguos y aplicarlos en la realidad actual.
En la cultura ancestral pemón el agua “tüna” es fundamental para los cultivos, para que la siembra pueda producir sus frutos, para que las semillas tomen vida.
Como me dijo una de las mujeres del conuco al lado del río Surukun: “Sin agua que hago? Como hago mi casabe, como puedo vivir?”.

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