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jueves, 7 de abril de 2016

Violación en la comunidad de El Pauji

 

 



Por Manuela Gallini

El día lunes 14 de Marzo un acontecimiento cambió la historia de una comunidad tranquila como la del Pauji, Karaware-tuy. Un hombre, residente en la comunidad y con antecedentes penales violó presuntamente una menor de 4 años. Fue la tía junto a la madre las que se dieron cuenta primero y la llevaron al ambulatorio de la misma comunidad. Aquí la médico presente recibió la declaración de la niña “me duele aquí” indicando la vagina y a la pregunta “qué pasó?” contestó “mi tío me apoyó la bolitas cerca de mi totona”…, “aún olía a semen…”, declaró la doctora. Esta historia de terror no tardó en difundirse y en denunciarse a la capitanía, única autoridad presente en la comunidad. El día domingo 20 de Marzo se convocó una reunión general para discutir del tema y de la toma de posición de la comunidad. A partir de la creación de la LOPCI, ley de pueblo y comunidades indígenas, en el interior de las comunidades, los mismos habitantes en conjunto con su autoridad pueden tomar decisiones sin pasar por encima de los derechos humanos y la Constitución Bolivariana de Venezuela. Yo personalmente, como miembro integrante de la comunidad participé a dicha reunión y algo muy importante pasó ese día en esa ocasión.
La afluencia de participantes fue una de las mayores en los últimos años, el tema no dejó indiferente a nadie y la grande presencia de mujeres sugería la grande importancia del tema tratado. Madres, niñas y  adolescentes llenaban el aula con sus rostros probados por el dolor.
La reunión empezó con la intervención del capitán pero narrar su discurso no es la razón por la que estoy escribiendo. Quiero dar espacio a la voz de aquellas mujeres que tuvieron la fortaleza y la valentía de levantarse frente a la audiencia y compartir sus experiencias de malos tratos y violaciones. Voces entrecortadas retumbaban en la churuata, ojos llenos de lágrimas nos trasmitían sus dolores. Una de las intervenciones más tocante fue la de la mujer del hombre acusado que al mismo tiempo resulta ser la tía de la niña presuntamente violada. Con paso firme y seguro contó en su idoma taurepán como descubrió la pequeña en su habitación y el marido tumbado en la cama y como avisó a la hermana y a la médico. No se ahorró detalles y la rabia se trasmitía a través de su voz. El marido ya había sido acusado en diferentes ocasiones de violaciones de menores pero siempre había conseguido evadir la justicia por falta de denuncias y abundancias de perdono. Después de tantas veces por fin, coraje, cansancio y rabia prevalecieron al miedo y a la vergüenza. Triste es saber que esto habría podido evitarse con una condena anterior pero con orgullo quiero agradecer a la mujer su acto de coraje y valentía. Gracias a su declaración mucha más historias de violencias ocultas salieron a la superficie, muchas mujeres se desahogaron y confesaron sus más íntimos miedos y experiencias. De repente esa aula se había vuelto lugar de compartir y de confianza entre mujeres, el silencio que acompañaba aquellas voces rotas era el único sonido cargante.  La unión y la fuerza que nos unió es un lazo inolvidable, de un hecho tan horrible e infame se pudo sacar algo positivo, ahora queda la justicia. Al término de la reunión se redactó una carta con firma de todas las presentes mujeres y madres donde se denunciaba el hecho y el autor. Ahora el camino es largo y necesarias serán las fuerzas de todas estas mujeres para seguir en la lucha y pedir justicia y sobre todo para encontrar este hombre y detenerlo por sus acciones. Después de una denuncia de esta índole la mujer del acusado tendrá que mantener su valentía y seguir en el proceso sin rendirse ni ceder a sentimientos de compasión u miedo, por esta razón será necesario mantener la unión femenina encontrada en la asamblea, para ofrecer apoyo y seguridad cada vez que falte la tierra bajo los pies y sobre todo para que esto no se repita, para que cambiemos la historia de nuestra comunidad y para que nosotras nos unamos con un único objetivo: defender nuestros derechos en tema de genero desde la infancia hasta la viejez.
…Estamos al día 4 de Abril y aún nada…nada ha cambiado, el presunto violador sigue libre y las mujeres seguimos en la espera.
Unos días después de la asamblea la seguridad del pueblo fue a capturar el delincuente y a entregarlo a la policía como de lógica debería de hacer cualquier buen ciudadano, y en cambio que pasó? La policía no retuvo el sospechoso porque no tenía como alimentarlo el fin de semana, esta fue la justificación que nos dieron. Todo esto va en contra de las leyes y su constitución además de violar los derechos humanos, pero aquí, en el municipio Gran Sabana parece que los uniformados y encargados de mantener la paz y la seguridad se hayan olvidado de la justicia.
Al día de hoy no hay muchas informaciones, todas quedamos a la espera del resultado de ADN para poder nuevamente entregar el sospechoso a su justicia. Mientras tanto en el pueblo hay quien intenta olvidar los hechos, quien en cambio intenta justificar lo que pasó y quien aún no cree que esto haya pasado. Solo las mujeres en un miedoso silencio siguen hablando y actuando para que se haga justicia. Una cortina de niebla rodea este caso pero necesario es mantenerlo a la luz para que nadie olvide.

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