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martes, 29 de diciembre de 2015



Diciembre en la Gran Sabana






Estamos en Diciembre y en el Municipio Gran Sabana, como en el resto del mundo ha llegado la Navidad. Aquí significa,  aunque si por poco tiempo, olvidarse de la minería y del tráfico de gasolina para dedicarse al turismo. La belleza de la tierra y de sus ríos comienzan a representar un valor económico, las tradiciones y los trabajos típicos se compran como recuerdos de viajes o presentes para los amigos.
A todo esto también las mujeres indígenas aprovechan de sus conocimientos y  su sabiduría para enseñar al turista las riquezas de su cultura. Empezamos por la comunidad de Mana krü y podemos ver la casa de la artesanía llena de trabajos tejidos, como cestas en manare o alambrito, carteras en moriche, “atrapa novio”,  collares y pulseras de semillas. Si nos movemos hacia la zona del Parque Nacional, en la comunidad de Mapauri,  se encuentran las mujeres fabricando las ollas de barro, conocidas para cocinar el  tüma, sopa tradicional indígena. En la comunidad de Kumarakapai en cambio, las tienditas de artesanía ofrecen todo tipo de  trabajos manuales, desde los palos de lluvia hecho con madera de yagrumo, semillas de capacho y moriche, hasta las preciosas tallas en caolín donde se representan los paisajes de la Gran Sabana.  Cerbatanas y arco y flechas en miniaturas representan uno de los regalos más deseados por los turistas pequeños, que fascinados por esta arte, viajan atrás en el tiempo y se convierten en protagonistas de las películas de cine. Más adelante en la carretera encontramos la comunidad de Oröi Üarai, conocida por sus artesanos talladores de piedra. Familias enteras se dedican, en sus casas,  a la producción de collares, pulseras y sarcillos en piedras volcánicas y en formaciones de jaspe. Desde los padres que tallan las lajas con seguetas manuales  hasta las hijas e hijos que se dedican a lijar y pulir los dibujos para dar vida a verdaderas obras de arte hecha de forma totalmente artesanal.
Esto y mucho más es la Gran Sabana en época turística. Los guías locales enseñan los paisajes únicos y envuelven a los turistas con sus cuentos indígenas tradicionales. La magia de este lugar vuelve a resurgir y de repente nos olvidamos del mal aprovechamiento de esta tierra.
Me pregunto entonces porque no podemos olvidarnos de oro y diamantes y dedicarnos todo el año a difundir esta cultura ancestral y sus artes, haciendo de estos trabajos la fuente principal de ingresos de estas comunidades y así preservando las riquezas naturales del lugar.

Manuela Gallini, Fundación Mujeres del Agua

viernes, 18 de diciembre de 2015

                                        Alerta

Por: Valdirene Santos
El día 4 de diciembre en la población de el Pauji, estaba yo sentada en mi bodega, cuándo vi una camioneta pickup llegar, estaba llena de mujeres jóvenes y no tan jóvenes, ellas se bajaron a comprar útiles personales, se veían que eran prostitutas,  lo que nos confirmó el chofer diciéndonos que las llevaba a trabajar para las minas de perro loco,me preocupa que cada vez es mas las mujeres que están entrando a  a prostituirse, porque tengo hijas, y me da tristeza que jóvenes de la ciudad vengan a perder su juventud, por esas minas con desconocido, arriesgando su salud y su vida, porque las enfermedades contagiosa está en todos lados, por eso denunciamos, escribimos para qué nuestros jóvenes de nuestra comunidades, entiendan que es muy peligroso lo que está llegando, y estén alerta con todo lo que está pasando.

                            El último rincón de Venezuela

          Por Valdirene  santos.
Santa  Elena de Uairen es un pueblo que está ubicado en el municipio Gran sabana, al sur del Edo Bolívar,frontera con Brasil. Santa Elena  hace 5 años para atrás era totalmente tranquilo y sano, podíamos caminar las calles del centro así como las de los barrios con total seguridad sin temor a nada,todos los vecinos se conocían, eran buenos tiempos, de cinco años para acá Santa Elena está irreconocible, ya es una pequeña ciudad, con muchos carros muchos motorizados y sobre todo mucha insegurida. Todos los días llegan gentes nuevas de afuera, San Félix, Cd Bolívar, Caicara y de todo el resto del país incluso hasta de colombia, todos los días se escucha atraco a taxista a motorizados a hombres y mujeres qué salen a caminar bpor las calles, todos los días hacen denuncia a la guardia, a la policía, por la radio, pero no tenemos respuesta, pero porque están llegando gente de afuera?, muchos se preguntan, y todos sabemos la respuesta, porque para nadie es un secreto que la venta  de combustible ilegal Gasolina, Diésel (gasoil) y la minería es la principal causa, con solo una lata (20 litros) de venta de gasolina, ganan mas que un sueldo mínimo porque para hechar tanta gasolina tiene que entrar a la bomba, hasta 4 y 5 veces al día, cuándo los ciudadanos de santa Elena y comunidades hechan una sola vez al día y bien controlado por la guardia nacional. En la mina un gramos de oro cuesta 19 mil bolívares, que lo sacan en un día y aveces medio día,entonces nadie quiere trabajar por un sueldo mínimo que tienen que pasar un mes trabajando, es lamentable lo que estamos viviendo pero como dice el dicho, quien nos podrá salvar? Si nuestras autoridades también cobran vacuna, también le llenan el bolsillo bcon el dinero fácil, por eso qué nosotros los indígenas y sobre todo la mujer, y las qué no son indígenas, tenemos qué unirnos y trabajar, haciendo talleres, consientisandonos nosotros mismo, para cuidar y mejorar nuestra gran sabana que es única.

martes, 15 de diciembre de 2015



Teukinare:
Soledad y maltrato




Por Manuela Gallini
 

A pocos kilómetros de la capital del Municipio Gran Sabana,  cruzando unos antiguos morichales, encontramos Sampai, una comunidad del pueblo pemon caracterizada por su vegetación, y sus ríos de sabana. Esta comunidad, por su posición geográfica y sus riquezas naturales podría representar una de las poblaciones más ricas del municipio, en cambio el espectáculo al llegar no corresponde en absoluto con sus potencialidades.
Viviendas dejadas al abandono, basura y contaminación en cada lado se contraponen a la línea del horizonte demarcada por sus preciosos tepuyes y su extensa sabana. Los habitantes caminan por las calles, cargando sus cuerpos como si fueran pesantes fardos, sus ojos no observan el horizonte si no se quedan fijo mirando el polvo levantado por sus mismos pies, mientras los niños con sus sonrisas inocentes juegan entre las botellas de alcohol vacías que hacen de marco a toda la comunidad. 

Desde hace muchos años, numerosos han sido los proyectos para suportar esta comunidad abandonada a si misma por sus habitantes. Proyectos de turismo, piscicultura, proyectos agrícolas y sociales pero ninguno de estos sueños tuvo un final exitoso. No estoy aquí para juzgar culpas, ni responsabilidades sino para evidenciar como el problema del alcohol pueda transformar una entera población y como el uso indiscriminado de cerveza, wiski y ron pueda borrar el futuro de muchos niños y familias. 

 Hace pocos días el caso de una mujer de esta misma comunidad, que aquí llamaré Sara, para mantener su anonimato, me fue reportado por la sobrina.
Sara, mujer muda de nacimiento, se acompañó con un hombre que no solo la maltrató durante años, dejándola ciega e inhábil y la violó físicamente y psicológicamente por innumerables veces si no que ahora, con una edad mayor, la abandonó sin algún tipo de sustento económico ni social.  

Sara, como su comunidad,  representa el vacío y la soledad. Es el símbolo de una luz apagada, dejada en el aislamiento, privada de su belleza y amor a causa del odio y la violencia que caracterizan el abuso del alcohol.  Demasiadas comunidades, familias, personas se están destruyendo, olvidándose de mirar al horizonte y descubrir las numerosas posibilidades que nos ofrece esta tierra.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Aulas sin maestros:En algunos casos las vacantes permanecen, otras plazas están siendo ocupadas por representantes, otras por suplentes que aceptan trabajar bajo la condición de hacerlo por un tiempo determinado. Fotografía: Morelia Morillo

Maestros renuncian para ir a la mina o dedicarse a otros oficios
Por Morelia Morillo
Fundación Mujeres del Agua

Aunque amen su profesión, esto que quede claro, durante el año escolar pasado y el que corre, cientos de maestros asignados a las aulas del municipio Gran Sabana han renunciado a sus cargos para dedicarse a actividades más rentables.

Cierto, quienes van a los yacimientos de oro y diamante buscan riqueza, pero quienes se ocupan como choferes o comerciantes informales lo hacen con el simple propósito de sobrevivir. En la distante frontera venezolana hacia el Brasil, el docente de más alta calificación devenga una sueldo mensual de entre 18 000 y 22 000 bolívares, el alquiler de una habitación cuesta entre Bs. 15 000 y Bs. 20 000, este dato fue corroborado con una arrendadora, un kilo de harina de maíz Bs. 500 en una bodega y un pasaje, en la zona urbana sólo hay taxis, Bs. 300.

La situación de los docentes, si bien se da en todo el país, pues se trata de profesionales históricamente mal remunerados, es alarmante en esta región por ser una zona remota, en donde los precios de los alimentos, de los alquileres y del transporte repuntan a la velocidad propia de una economía minera adicionalmente impactada por la diferencia entre el real brasilero y el bolívar venezolano (1 x 170).


El panorama local
La Gran Sabana es la tierra del pueblo indígena pemón. Es una zona prístina sobre la cual rigen diversas figuras de protección ambiental, Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abraes). De acuerdo con La cuenca del río Caroní, una visión en cifras, editado por la Electricidad del Caroní (Edelca), empresa que hoy forma parte de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), para el año 2001 el Estado venezolano consideró que esta zona posee una inmensa vocación para el turismo y la generación de agua para la producción hidroeléctrica. Paradójicamente, acá se práctica cada vez más la minería sin control.

En 2015, en las zonas rurales, prolifera la minería, incluso en las áreas del Parque Nacional Canaima, mientras que en la capital municipal, en Santa Elena de Uairén, el comercio responde cada vez más a la demanda de los vecinos del flanco brasilero al igual que la venta doméstica de combustible.

Se calcula que la mitad de la gasolina que sale de las estaciones de servicio locales, en donde se forman enormes colas diariamente, va a las minas mientras que el otro 50% va al Brasil. En Venezuela, un litro de gasolina no cuesta ni un bolívar. En Brasil cuesta casi cuatro reales. Clandestinamente, los brasileros la pagan hasta en dos reales es decir en aproximadamente Bs. 340 por litro.

El conflicto docente
Una funcionaria del Distrito Escolar Número Cuatro, correspondiente al Municipio Gran Sabana, confirmó que durante el año académico 2014-2015 renunciaron al menos 80 docentes, aunque advirtió que pudieran ser más pues esta cifra corresponde a las renuncias ya procesadas sin contar a aquellos profesionales que se retiraron de sus aulas sin haber finiquitado su relación laboral con el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE).

Otra funcionaria de esa dependencia alerto, siempre bajo la condición de la confidencialidad, que al cierre del año escolar 2014-2015 se retiraron 300 docentes en todo el municipio, tanto en las comunidades indígenas como en la zona urbana, correspondiente a la capital municipal.

Pero además en lo que va del año escolar 2015-2016, en tres meses, habrían renunciado al menos 25 docentes.

En algunos casos las vacantes permanecen, otras plazas están siendo ocupadas por representantes, otras por suplentes que aceptan trabajar bajo la condición de hacerlo por un tiempo determinado.

El Preescolar Gran Sabana, adscrito a la Escuela Integral Bolivariana (EIB) "El Salto", postergó durante al menos un mes el comienzo de clases para los niños y niñas del primer nivel pues una de las maestras solicitó su jubilación y la otra su cese por incapacidad. Finalmente, el Consejo Comunal y la Alcaldía contrataron una docente a la cual le pagan 24 000 bolívares.

En la propia EIB "El Salto" se fue la mitad de los maestros, algunos de ellos por jubilación, otros por incapacidad y otros por renuncia por lo que algunos padres debieron asumir el liderazgo de las aulas antes de que sus hijos perdieran el año.

La escuela de la comunidad indígena de Las Agallas cerró hasta nuevo aviso y la de Ikabarú, la capital de la segunda parroquia del municipio comenzó clases en noviembre, con al menos un mes de retraso, esto cuando la Zona Escolar Bolívar logró ingresar a cinco maestros nuevos, todos ellos provenientes de otras municipalidades, aparentemente con el compromiso firmado de que no solicitaran cambio durante los próximos ocho años.

En Ikabarú, una zona fundamentalmente minera ubicada a 114 kilómetros de carretera de tierra de Santa Elena, un pollo cuesta hasta dos gramas de oro es decir al menos Bs.30 000. Para cobrar, un maestro debe viajar hasta la capital municipal pagando por un puesto en un vehículo rústico Bs. 3 000 y Bs. 3 000 más para regresar. Todos los pagos de los maestros se realizan a través de cuentas corrientes del Banco de Venezuela que sólo tienes agencia y cajero en la capital de municipio. Los docentes reciben una tarjeta de débito, pero los cajeros locales sólo procesan retiros diarios de hasta Bs. 3 000.

 "Los maestros que se quedan, los que no renuncian, lo hacen porque les gusta mucho o porque están a punto de jubilarse, pero además venden productos, ropa, gasolina, hacen taxi", nos comentó la funcionaria confidencialmente.

Al cierre del año escolar 2014-2015, los directores, las autoridades del Distrito Escolar y de la Alcaldía se reunieron para discutir en torno a esta situación y elaboraron una carta dirigida al Ministerio de Educación, entonces liderado por Héctor Rodríguez, para exponer lo que está sucediendo y solicitando formalmente 109 ingresos. En respuesta, en noviembre se incorporaron 83 nuevos maestros, pero el resto de los problemas que han llevado a esta crisis continúan sin solución.

Testimonio en pareja
Nardy Torres y David Silva son esposos, padres de dos niñas y docentes. Los dos aman su profesión, sienten que sólo así sirven a sus familias y a su comunidad y sin embargo ambos renunciaron a sus cargos "por motivos económicos".

"Porque con dos sueldos no daba para comer", dijo David.

Él renunció hace año y medio, se desempeñaba como el coordinador de pastoral de la Unidad Educativa "Fe y Alegría de Manak Krú", su carga horaria era de 36 horas semanales y devengaba en ese momento Bs.4 500 más un bono por su labores de coordinación. "Iba al mercado y llegó un momento en el que dejaba la quincena, parte de mis ahorros y el cesta ticket".

Ahora, se dedica a hacer transporte, por cierto nos comentó que tiene el carro parado por falta de repuestos, tiene junto a su esposa una pequeña bodega en casa de la abuela de ella y vende envases plásticos en un toldo que arma a un costado de la Troncal 10, "a los brasileros que pasan".

"A mí me gustaría estar dando clases, eso es lo mío. Me gustaría que esta situación cambiaria y volver a la docencia porque en la situación actual del país el docente no puede vivir de su trabajo".

Nardy es docente de preescolar de la Unidad Educativa "Darak Merú", renunció al cierre del período escolar pasado, pero continuará trabajando hasta diciembre porque sus superiores le expusieron "si tú renuncias, con quién se van a quedar los niños". Ahora atiende la bodega, vende helados y hace ponqués.




Al encuentro asistieron al menos setenta estudiantes y otras treinta personas de la comunidad entre profesores, padres, madres, miembros de los consejos de ancianos, comunales y de la capitanía. Fotografía: Morelia Morillo

En Waramasén charlaron en torno a violencia
y embarazo temprano

Por Morelia Morillo
Como parte de su Proyecto de Educación en Materia de Género correspondiente al año 2015, un grupo de lideresas pemón, aliadas de la Fundación Mujeres del Agua, visitó a finales de noviembre la comunidad indígena de Waramasén.

El grupo integrado por Celina Daniels, Ceferina y Belkys Ayuso contó con el apoyo de Pedro Nuñez, capitán de Waramasén y de Ildefonso González, profesor de la Unidad Educativa Nacional "Waramasén".

Durante el encuentro, que se prolongó durante tres horas, las lideresas, al menos setenta estudiantes de educación básica y media, profesores y profesoras, padres, madres, miembros del de los consejos de Ancianos y comunales y de la Capitanía conversaron acerca de las diferentes expresiones de violencia hacia la mujer y la familia, las sanciones que establece la ley y en cuanto al embarazo temprano.

Materia de estudio
González, explicó que el encuentro se pautó en horas académicas para que estuvieran los estudiantes, por tratarse de información muy importante para ellos, pero al mismo tiempo pidió al resto de los presentes que se quedaran para que reforzaran luego la información que se disponían a compartir en la Casa Comunal.

En Waramasén habitan al menos 900 personas. Se trata de una comunidad pemón ubicada a 27 kilómetros de Santa Elena de Uairén, capital del municipio Gran Sabana, en el sureste remoto de Venezuela. Por tradición, sus habitantes viven de la agricultura y profesan fundamentalmente la religión adventista.

Es un sitio sumamente tranquilo en donde, sin embargo, comentó González, comienzan a verse episodios de violencia intrafamiliar debido al consumo de alcohol del cual también participan los adolescentes quienes esconden el licor en botellas de refresco y se presentan cada vez más embarazos precoces.

La tecnología y sus riesgos
Micaela Colón, quien fue capitana de la comunidad y hoy participa de la Fundación Mujeres del Agua, explicó que posiblemente uno de los problemas más recurrentes que enfrentan los niños, niñas y adolescentes de la comunidad sea el consumo de pornografía en línea.

En 2013, la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) instaló una radio base para telefonía celular e internet libre en Waramasén. No obstante, ese recurso, que ha potenciado las posibilidades de comunicación y educación en el lugar, se ha convertido a la vez en una amenaza real, aún más potente debido a que los adultos no manejan o manejan poco la tecnología.

Echando mano de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Celina Daniels, definió en idioma pemón cada una de los tipos de violencia que pueden perjudicar a la mujer y a la familia.

Hizo referencia a la violencia sicológica, física, sexual, laboral, patrimonial, económica, obstétrica, a las amenazas, a la prostitución forzada y a los actos lascivos. Empleó ejemplos cotidianos que permitieron a los presentes contextualizar esos conceptos en su vida diaria y se refirió a la importancia de los castigos y sanciones comunitarios que, por tradición han empleado los pemón y a las penalidades que establece la Ley.

Daniels destacó que el acceso la tecnología debe usarse en beneficio de la educación y formación de los muchachos y llamó a sus padres y familiares a mantenerse en alerta, a empaparse del tema tanto como sus adolescentes.


Masa, masa, espera, todavía no
Belkys Ayuso, quien también hace parte de Mujeres del Agua, recordó a los niños, niñas y adolescentes que las muchachas pueden quedar embarazadas a partir del momento de su primera menstruación, pero les recordó que esas muchachas por lo general deben abandonar sus estudios, sus sueños, sus compromisos con ellas mismas, sus familias y su comunidad para atender al bebé.

Pero además les dejo claro que los adolescentes carecen de recursos económicos por lo cual al embarazarse se transforman en una carga pesada para la familia y su entorno. Por cierto, una de las abuelas comentó que es ella quien, a pesar de su avanzada edad, debe ocuparse de sus nietos. El tema fue especialmente dialogado por Ceferina Ayuso quien insistió en que los hijos son responsabilidad de padre y madre, no de sus abuelos. "Ellos van a estar para ayudar".

"El sexo no es malo, todo tiene su tiempo", dijo Belkys Ayuso quien habló también del riesgo que significa el sexo cuando se practica irresponsablemente, transformándose en una fuente de enfermedades y los invitó a ocupar su tiempo en sus estudios, en actividades deportivas y culturales y en sus familias.

"Masa, masa", dijo Daniels, empleando un vocablo pemón que significa aún no, todavía no para comunicarles a los muchachos y muchachas que esperen hasta formarse y que definan y trabajen un proyecto de vida antes de formar familia.

Ella les recordó que los pájaros primero aprenden a volar y conseguir su alimento, luego hacen su nido, después hacen pareja y finalmente ponen sus huevos.

Simón Fernández, quien también fue capitán de la comunidad y otros de los hombres presentes preguntaron con insistencia si las leyes sólo protegen a las mujeres. Al respecto, las lideresas respondieron que las leyes protegen especialmente a los más vulnerables, pero que jamás deben emplearse como un arma contra los hombres pues eso iría en perjuicio de toda la familia.


viernes, 27 de noviembre de 2015

                            Pésima Educación

Qué está pasando con la educación en el pauji? Municipio Gran Sabana, como es posible qué para 6 grado de (1 a 6) tenemos un solo maestro lo cual no es suficiente para atender a nuestros niños,ellos merecen una buena educación porque son el futuro de Venezuela.Nuestro presidente dice que somos uno de los países mas ricos del mundo,tenemos grandes reserva de petróleo,tenemos oro y diamante, tenemos flora y fauna y muchos mas, pero como es posible qué no haya puestos para ampliae el equipo de los profesores, así ofrecer a nuestros hijos un mejor estudios para que puedan entender mejor las clases,cada grado tiene que tener su maestro, así no confundir las clases,porque todos metido en un solo salón y con un solo maestro es totalmente incomodo e injusto.
Que hacemos? A donde acudimos? Con quien hablamos? Porqué hemos hizo a ciudad Bolívar varios Representantes, hemos puesto nuestra preocupación, hemos dejado nuestra propuesta por escrito, pero no hemos tenido respuestas
Queremos mas hechos menos habladurías

lunes, 23 de noviembre de 2015



Escrito por : Manuela Gallini



EL CONUCO: una forma de vida que está desapareciendo

 

El conuco, no representa solo el cultivo si no una verdadera forma de vivir. En un principio la población indígena pemón basaba su economía y sustentamiento en el cultivo, la caza y la pesca. Alrededor de esta zona de tierra se desarrollaba el entero día del núcleo familiar.
El conuco sigue representando una zona de selva que viene quemada, para disminuir el acidez de la tierra y después sembrada a yuca, ocumo, batata, plátanos, cambures y poco más. Simplemente con las diferentes tipologías de yuca sembrada se produce el casabe, la fariña, almidón y las bebidas como el cachiri y el paracari (bebidas alcohólicas producidas con el fermento de hoja de yuca). Alrededor de los cultivos se encuentra la casabera, zona donde las mujeres cocinan y preparan los productos. Una churuata con hamacas tendidas y un fuego representaban las casas de los indígenas pemones, aquí los hijos aprendían desde un principio el arte de la vida.
Una de las comunidades más campesinas se sitúa a unos 80 Kilometros de la capital del municipio; estoy hablando de la comunidad de Waiparu. Una comunidad desarrollada entre ríos y selva, un hermoso connubio de las riquezas naturales. Para quien como yo, no tenía cultivo, esta comunidad representaba un supermercado al aire libre, recoger frutas desde el árbol con la conciencia de estar agarrando algo natural, sin pesticidas, sin venenos era una verdadera riqueza. Observar el arte del cocinar el casabe, producir el Kumachi (picante sacado del jugo de la yuca amarga) era poder conocer algo más de esta cultura tan rica y sabia. Desafortunadamente en pocos años, todo esto está desapareciendo muy rápidamente. Los viejos de las familias ya no tienen fuerzas para seguir produciendo y cultivando mientras los hijos, atrapados por el dinero y el oro, no aprenden las técnicas, ni los secretos de los ancestros. Esta riqueza se está perdiendo cada vez más a causa de una economía global que cada vez nos está invadiendo.
No se puede volver atrás, ni tampoco borrar los errores hechos pero hay que mantener viva esta sabiduría para que la multiculturalidad siga enriqueciendo nuestro mundo, demasiado homogeneizado por falsos valores. Me pregunto entonces como se puede trasmitir a los más jóvenes el amor y el interés hacia algo sagrado? Como se puede mantener el paso con la tecnología y la contemporaneidad manteniendo firmes y presentes los conocimientos ancestrales?
 

miércoles, 11 de noviembre de 2015



Tüna
Agua, uno de los bienes más importantes para nuestra sobrevivencia.

En El Paují,  muchas veces damos por cierta su presencia, el agua corre en los ríos cercanos, desborda de los manantiales y llena nuestros pozos. Pero qué pasa cuando de repente nuestras casas se quedan sin ella? Cuando no tenemos agua para beber, para lavarnos, para limpiar? Cuando la cuenca en la que vivimos se transforma en una aldea africana, donde el agua queda lejos y sobre todo donde el agua limpia no se encuentra si no en la nevera de una bodega.
Esto ha pasado aquí en El Paují por cuatro largos meses hasta que las mujeres y los habitantes del pueblo se despertaron y convocaron una reunión. No solo surgieron los problemas técnicos relacionados con la mala gestión de un acueducto si no emerge el tema fundamental de la contaminación de los ríos, de su sequedad y de la basura que los acompaña en sus cauces. Varias voces de mujeres se han levantado pidiendo más respeto hacia uno de los bienes vitales que la naturaleza, en nuestro caso, nos ha regalado, simplemente por vivir en la cabecera de varios ríos. La importancia del agua a veces se descubre solo en los momentos de sequía, mientras durante el resto del tiempo nos aprovechamos de ella y la descuidamos. Esto pasó en los ríos del Paují. Con la falta de agua los habitantes empezaron a dirigirse hacia los rabines más cercanos y no contaminados por la minería, pero dejando el rastro de su pasaje: basura, plásticos, latas. Muchos no se han preocupado de fruir del agua y del río dejándolo así como la naturaleza nos lo ha puesto y no han pensado que después pasará por allí más gente necesitada de esa misma agua.
Muchas mujeres, cansadas de la situación, han levantado la voz en esta reunión, explicando a los más irresponsables la necesidad de mantener los ríos y sus afluentes limpios y a servicio de todos y todas. Hay que empezar a responsabilizarse y a darse cuenta de que el agua no es un bien infinito pero si de vital importancia. Un accidente común, como el mal funcionamiento de un acueducto, ha despertado la mente de muchas personas. La falta de agua en las casas, la sequía de los ríos debida a la minería y al cambio climático ha evidenciado una importante emergencia: el cuidado de los ríos y de sus aguas.